En el otoño del año 1999, junto a varios amigos de León, Valladolid, Ávila y Palencia, organizamos una expedición al Everest. Esta era la primera expedición enteramente compuesta por Castellanos y Leoneses que intentaba dicha montaña, pero esos detalles no vienen a cuento en esta ocasión. El caso es que por diversos motivos en ese otoño, éramos la única expedición en la vertiente Nepalí de la montaña (para que luego digan que el Everest está masificado).
Llevábamos ya un mes en el Campo Base y las cosas se estaban poniendo muy feas. Mucha montaña para nuestra solitaria expedición, mal tiempo en general y para colmo un sherpa enfermó en el Campo II y tuvimos que bajarlo literalmente a cuestas hasta el Base. Estando descansando en el Base después de dicha paliza, recibimos una visita…. digamos que “surrealista”. En ocasiones llegaban hasta el Campo Base pequeños grupos de trekking y como éramos la única expedición de la temporada, el visitarnos resultaba obligatorio, y en algún momento nos sentíamos como auténticos souvenir al ser fotografiados incansablemente por las visitas, pero en la ocasión que os cuento el grupo era realmente sorprendente. Os transcribo un trozo del diario de la expedición correspondiente a ese día.
“El siguiente fue un día muy atípico, casi extravagante. La noche anterior Juan Carlos había subido desde Pheriche, donde había pasado unos días recuperándose de su sinusitis, y nos había hablado de la llegada de un helicóptero repleto de modelos suecas. Naturalmente no le creímos, pero a media mañana vimos llegar a nuestro campamento un curioso grupo: acompañados de varios porteadores, se presentaron varios fotógrafos, una maquilladora italiana y dos modelos rubias, tan de Suecia como Juan Carlos nos había anticipado, más muertas que vivas por efecto del mal de altura. Venían a hacer un reportaje para la revista de moda italiana Donna, un estrafalario pase de modelos con ropas similares a las que debieron utilizar nuestros antepasados durante la última glaciación. Con sus pieles de tosca apariencia, las modelos se parecían mucho a la Ayla de El Clan del Oso Cavernario, la popular novela de Jean M. Auel. La llegada del abigarrado grupo convulsiono el Campamento Base, especialmente a los sherpas, que no sabían si estar molestos (porque se dice que a Chomolugma, diosa celosa y colérica, no le gustan las presencias femeninas en sus dominios) o encantados al sentirse centro de atención. Las bellas señoritas fueron fotografiadas de modo incansable por los profesionales. Incluso nos pidieron entrar en nuestra chabola-comedor, donde hubo una nueva sesión de fotos con la más guapa de las modelos apoyada en nuestro barril de cerveza. A media tarde se fueron, justo cuando comenzaba a nevar fuertemente. Un sherpa comento que la nieve reflejaba la ira de la diosa Chomolugma. Cuando las ultimas figuras se desvanecieron con pasos inseguros entre la niebla, todos nos quedamos preguntándonos si no habría sido un sueño.”
Antes de irse, el fotógrafo jefe, nos pidió la dirección, prometiendo que nos enviaría un ejemplar de la revista cuando el artículo fuera publicado.

Pedro, Isidoro, Tente y el Pera partiéndonos de risa en plena sesión fotográfica cuando alguien se tiro un pedo y las modelos nos empezaron a mirar raro. (Os juro que fue el peluquero italiano).
Pasaron los meses, incluso años y de aquella revista nada se supo. Pero el mundo es un pañuelo, y en la primavera del año 2005, junto a mi amigo Angel Villan, estábamos en Katmandú en las oficinas de Thanserku (una de las agencias más importantes de Nepal) solucionando papeles de nuestro permiso de ascensión al Makalu, cuando encima de una mesa vimos una revista que no pintaba nada en aquel lugar. Un ejemplar de la revista de moda italiana “Donna” de fecha Noviembre de 1999. Inmediatamente la hojee y allí estábamos todos, con sherpas incluidos en el articulo de marras. Por supuesto “robamos” la revista y al llegar a casa escanee las paginas mas interesante y se las envié a mis compañeros de la expedición al Everest.
Un saludo y espero que hayáis pasado un buen rato con la anécdota.