Cruz en el Hoyo Muerto
El 16 de abril de 1957 (Martes Santo) perdían la vida –cuando estaban intentando la primera invernal de la vía Diagonal en la pared noreste de Curavacas- los montañeros palentinos Luis Angel Puertas, Paulino de la Torre y Jesús Redondo (Que junto a Alejandro Diez Riol formaban la cordada “Los Faquires).
Este accidente y el posterior rescate (el cuerpo de Jesús no apareció hasta el 18 de mayo) levantaron un gran revuelo mediático entre los periódicos de la época y a su vez supuso un corte importante durante muchos años en el montañismo palentino.
En recuerdo a estos montañeros, entre los días 23 y 25 de agosto de 1957 se colocó una cruz y una placa de mármol al pie de la pared noreste. Transcribo a continuación el relato de este capítulo del libro “Historia del montañismo palentino” de Alejandro Diez Riol:
Una cruz en Curavacas, 23 – 25 de agosto de 1957
A primeros de agosto se hacen los preparativos para poner una cruz en el lugar donde fueron encontrados los tres montañeros palentinos. Hubo que esperar un tiempo hasta que la cruz se materializara. Por magnificencia de Don Cesar Ordás, se fabricó una de hierro, de más de cinco metros de altura. Para poder transportarla, se hizo en cuatro piezas. Una tenía la base y el inicio de las otras tres –los brazos y la parte superior- que iban roscados. Se construyó en la Fábrica de Armas.
… Benito, Rufino, Marino, Alejandro Diez Riol, Jose Maria, Perez Bonilla, Seivane, “el Flecha”. Con el patrocinio del Frente de Juventudes la parte económica y de desplazamientos queda asegurada, y el animoso Primi –Primitivo Trancho- no solo nos lleva hasta Triollo, sino que nos acompaña hasta el Hoyo Muerto para ayudarnos a llevar la carga.
En la tarde del día 23, montábamos las tiendas al pie de unos peñascos y hacíamos los acarreos a la espalda de las piezas de la cruz y el cemento y la arena necesarios para la obra. El lugar escogido después de reconocer cuidadosamente el terreno, fue la salida del cono de deyección de la canal izquierda del Escudo. En la intersección de los lugares donde habían aparecido los cuerpos de Luis Angel, Paulino y Jesús. Buscamos una pequeña prominencia, que parecía fuera del alcance de aludes y piedras. (El tiempo demostraría que nada está libre en esta zona de tales destructores).
La mañana del 24 la pasamos haciendo los trabajos de erección de la cruz. Subimos un garrafón de agua, cavamos el hoyo, armamos la cruz, la pintamos en aluminio y la levantamos y afianzamos con cemento –Benito fue el “técnico” en este proceso-. A la cruz se le adosó una placa de mármol blanco, con una inscripción.
Al día siguiente -25 de agosto- estaban programados los actos de inauguración de la cruz y una misa en recuerdo de los tres desaparecidos.
En el Hoyo Muerto y por distintos lugares, nos reunimos alrededor de ochenta personas en su fondo, perdidos en aquel escenario grandioso, vistos desde los cercanos puntos dominantes, apenas parecíamos unos cuantos.
Me sería imposible enumerar el número tan insólitamente grande para aquellos lugares, y en aquel tiempo. Entre ellas estaban además de los ya citados el delegado de Juventudes, Juan Ramírez Puertas, Angel Ramos, Mario Herreros, Arasti de Burgos, un grupo de chicas y mujeres de Vidrieros, los pastores de los alrededores…
La misa fue celebrada por el padre Andres Hernandez, Capellán del Frente de Juventudes, que había participado en el rescate de Jesus Redondo.
La tarde del 25, repasábamos de nuevo le Collado del Hospital y regresábamos de nuevo a Triollo y de allí a Palencia.
Se cerraba una época brillante del montañismo palentino.
La placa y la cruz no aguantaron las brutales condiciones meteorológicas y las avalanchas que se precipitan de la parte superior de la pared noreste. La cruz se dobló por su base y la placa se fracturó en trozos cada vez más pequeños y dispersos. Yo personalmente nunca vi la cruz en pie y la primera diapositiva que tengo de ella (calculo que del año 85/86) ya está doblada y a su pie, ya rota y despegada, la placa.
Pasaba el tiempo y el deterioro seguía en aumento. Hace un par de años la cruz se partió por su base y desapareció del lugar donde había estado más de cincuenta años, apareciendo en el Hoyo Muerto, doscientos metros por debajo del lugar original. La placa también seguía rompiéndose en trozos más pequeños y lo que es peor, estos se estaban dispersando por la pedrera (supongo que más de un trozo esté en la casa de algún montañero).
A mí, particularmente me daba pena que parte de la historia del montañismo palentino se estuviera convirtiendo en basura en la montaña, por lo que me puse en contacto con el representante de la federación en Palencia, clubs, montañeros de la época que estuvieron en la colocación… y el día 16 de junio de 2015 junto a unos amigos bajamos todos los trozos que encontramos de la placa y “tanteamos” la cruz para planear su posterior recogida.
Unos días más tarde un montañero de Valladolid, Goyo Gonzalez, encontró otros trozos y me los entregó para completar la placa lo más posible.
En estos días estoy “recomponiendo” la placa y aunque faltan bastantes trozos, ¡por fin! vamos a saber a ciencia cierta (o casi) el texto original de la placa, pues hasta la fecha nadie me ha enseñado ninguna foto o relato fidedigno del texto real.
Alejandro en su libro solamente dice: “A la cruz se le adosó una placa de mármol blanco, con una inscripción”, pero no dice que inscripción y en el periódico ABC de la época en el que se publica la noticia de la colocación de placa y cruz el texto que dice que figura es a todas luces erróneo. “A los camaradas Luis Angel Puertas, Paulino de la Torre y Jesus Redondo, muertos en accidente montañero el 25 de abril de 1957”. Fijaros si es inexacta la noticia que cuenta que la placa y cruz se colocan en la cumbre del Curavacas.
Como se puede observar en la “restauración” la placa mide 40 x 45 cm. y en sus cuatro esquinas tenía unos taladros que nunca se utilizaron para su anclaje, pues se pegó con cemento.
Eso sí sobre esos taladros debía de haber en su momento unas piezas metálicas pegadas también con cemento y el texto que parece más aproximado es:
LOS CAMARADAS
LUIS A. PUERTAS DIEZ
PAULINO DE LA TORRE VARGAS
JESUS REDONDO ALONSO
16 – ABRIL – 1957
ACCIDENTE MONTAÑERO
25 – AGOSTO – 1957
En estos momentos se está estudiando la posibilidad (federación, clubs, etc.) de sacar definitivamente la cruz del Hoyo Muerto y colocar solamente en el lugar que estuvieron siempre la cruz y la placa una pequeña y discreta placa metálica bien sujeta y a resguardo de las avalanchas con el texto original y el añadido de 30 de agosto de 2015, fecha en la que posiblemente se vuelva a colocar. Así mismo estamos intentando “convencer” a los montañeros que estuvieron en la colocación inicial a que si se animan, puedan participar en esta “recolocación”.
El destino definitivo de la cruz y placa originales todavía no está decidido ni mucho menos. Se admiten sugerencias…